lunes, 22 de agosto de 2011

5mentarios

La Chechona sufrió un duro golpe contra la pared, y ojalá esta frase fuera literal para los jugadores que deberían saber qué camiseta gloriosa se están poniendo. Se sabía: el partido no sería sencillo frente a Las Pastillas de Carbón, que venían invictos habiendo ganado cinco y empatado uno. Una campaña muy diferente a nuestra errática caminata por este torneo, abundante en caídas y tropiezos, escasa en alegrías y satisfacciones. La Chechona se ha acostumbrado a perder como nunca antes, y derrotas que antes hubieran costado la salida del entrenador hoy pasan como si fuera agua mineral. Nos comimos 5 (cinco) contra los líderes del grupo, y ni mu. Todo seguirá igual. O todo cambiará, para que nada cambie, como decía el genial Carlos Mora en sus clases de Historia. Pasan las tácticas, pasan los jugadores, pero lo que no pasan son las frustraciones.

Y sin excusas. Claro, siempre alguno podrá acordarse de las ausencias de Seba y Ariel. Incluso de Poool, como han hecho algunos nostálgicos ("este partido con Pol lo ganábamos"). Todo tiempo pasado fue mejor, y acá no hay Woody Allen que me lo rebata. Lo cierto es que éramos nueve justos, todos enteritos, puntuales. Nicolás se cansó de la cueva y volvió al mediocampo. Juan pasó abajo y Ale se corrió a la derecha. Un nuevo reordenamiento como para probar mejor suerte que en otros encuentros. La Chechona no empezó mal, las intenciones fueron buenas, intentar jugar. Hasta que el nueve rugbier ganó con el cuerpo y la mandó a guardar. Perdimos el equilibrio y luego todo se desmoronó. Las Pastillas derrocharon efectividad y contundencia: fueron un aluvió y se despacharon con un 5-2 clarísimo. Juan alcanzó a descontar en dos oportunidades -el segundo fue un gran gol, de zurda- pero La Chechona nunca se puso a tiro del empate. Si bien fue un partido dinámico, entretenido, nunca pudimos lograr un poderío ofensivo comparable al del rival, y cometimos demasiados errores defensivos como para pretender no irnos derrotados.

domingo, 7 de agosto de 2011

Confirmado: se puede tocar fondo aun ganando

Durante mucho tiempo nos preguntamos si era necesario perder por goleada para tocar fondo. O si la derrota en sí era una condición necesaria para llegar al pozo. Hoy nos dimos cuenta que no, que incluso se puede ganar y revolcarse en la mierda del vertedero de aguas cloacales del Río de la Plata. Es que en realidad nunca nos fuimos del pozo. Estamos ahí desde hace tiempo, cómodos en la inmundicia y en la gélida mediocridad de los patéticos fracasados. El lector podrá sorprenderse y pensar que no hay poronga que nos venga bien, que una vez que ganamos y seguimos con este ánimo gris. Bueno, pero usted, caro lector, deberá saber que La Chechona apenas pudo vencer 1-0 y cagando aceite contra un equipo que presentó 6 jugadores en cancha. Sí, nueve contra seis. Decí que todavía tenemos un cachito de dignidad y no pedimos los puntos, dada la mala inclusión de al menos dos jugadores rivales.

El Tiki-Tiki apareció tarde por el Campo. Tan tarde que ya estábamos jugando un amistoso contra los Descamisados, imaginensé. Y llegaron Perrone, Fredes y compañía. Entre esa compañía había un delantero que la rompía, nos volvió locos a todos él solito. El tipo no se sabía los nombres de sus compañeros, pero bueh. Jugamos un desastre en definitiva. El gol del triunfo llegó en el segundo tiempo, gracias la extraña definición del nocturno Ale Arata, que lo festejó térmicamente sacando la camiseta. El árbitro Frasquito Moralez, desconociendo el reglamento y el deporte como en el resto del partido, no lo amonestó, aunque se hubiera merecido la roja (seamos buenos). La Chechona jugó mal, teniendo la pelota pero sin saber cómo llegar al arco rival. Tuvimos menos gol que el River de JJ. Lo más destacado fue un Brardis Café Veloz sobre el final del partido, que cuando se cansó y vio que se nos venía la noche le pidió a Frasquito que diera por terminado el encuentro. Frasquito, obviamente, obedeció. Las penas de la vergonzosa victoria fueron curadas con una bondiola light con vegetales al óleo.


El dato: Los jugadores de La Chechona salieron a la cancha con una megabandera de 20x10 metros con la inscripción "FUERZA ARIEL". Lamentablemente, no hay fotos al respecto para documentar el hecho.