Nuevamente la fecha no pudo jugarse por culpa de la lluvia. La definición de la fase de grupos se sigue postergando y La Gata espera con ansiedad el partido que definirá su suerte: Hexagonal Final o Reducido por la promoción. Por los pasillos gatenses de lo único que se habla es del próximo encuentro contra El Burgués, que es visto como una verdadera final. El entusiasmo es tal por la gran oportunidad de clasificar por segundo año consecutivo al Hexgonal (habiendo estado 15 partidos sin ganar en el medio) que se mantienen acaloradas discusiones acerca de cómo encarar el encuentro. La preocupación principal pasa por el escaso poder goleador del equipo, que convirtió 4 goles en 10 encuentros, y ahora debe ganar por una diferencia de dos goles para aspirar al Hexagonal. Algunos por ello proponen innovaciones tácticas, pese a que el 3-2-3 hasta ahora ha resultado tan exitoso en los últimos partidos. Altos directivos de La Gata aseguraron que "la necesidad de obtener una ventaja amplia no implica el fin del carusismo en el equipo", por lo cual se deduce que el catenaccio verdirrojo no corre peligro de ser reemplazado por otras modalidades más arriesgadas. Sin embargo, el técnico aún no ha querido dar la alineación titular, aunque dado que el plantel se reduce a 9 jugadores los periodistas de distintos medios creen que probablemente el DT pare el mismo equipo que los últimos partidos. La realidad de un plantel dividido
Las últimas discusiones en el plantel han acentuado la tendencia que se venía dilucidando desde hace tiempo. El vestuario está dividido en dos grupos bien delimitados, el de los defensores y el de los delanteros. Los primeros se vanaglorian del éxito defensivo del equipo y de los pocos goles recibidos a lo largo del año, mientras que los delanteros, presionados por los defensores debido a la falta de gol, acusan a los defensores de destruir el fútbol a propósito y de no poder dar un solo pase. La situación en los últimos días se ha puesto muy tensa puertas para adentro, pero puertas para afuera los jugadores desmienten cualquier conflicto. "Que la chupen, que la sigan mamando", enfatizó Juan, quien se convirtió en el eje de las polémicas al pasarse del bando de los delanteros al de los defensores a mitad de torneo. Por otra parte, uno de los delanteros abrió la polémica al confiar al cronista de este blog una sospecha muy dura: "Nos discriminan porque somos un tridente ofensivo de la colectividad, y en este equipo hay mucho antisemita suelto". Duro, muy duro. Y más duros parecen venir los próximos capítulos de esta discordia.
