domingo, 19 de septiembre de 2010

Una de La Gata

Nos enfrentamos con nuestro karma. Allí estaba Una de Kapanga, con siete jugadores para disputar el partido y dispuestos a elaborar otra hazañana. Allí estábamos nosotros, a las 8 de la mañana, con un hermoso día preprimaveral, los diez leones (o gatitos) deseosos de revancha. Y la revancha la tuvimos, finalmente. Aquel 1-2 que produjo un quiebre en la historia del equipo todavía estaba presente en nuestro inconsciente atormentándonos y en nuestro consciente produciendo graves daños psicológicos.
Nueve contra siete, en la cancha 3. Había que aprovechar los espacios y la posesión de la pelota. Pero La Gata no hacía las cosas del todo bien. La ventaja numérica le alcanzaba para ser el dominador del juego, pero fallaba al intentar herir al rival. Hasta que Juan realizó una de sus tradicionales apiladas, y esta vez no se la morfó: 1-0 y era el momento de jugar más tranquilos.
GG tenía todo a su favor, pero no aprovechaba con gran eficacia las ventajas. Nicolás puso el 2-0 gracias a lo que fue el gol más triste de la historia: un jugador rival se lesionó en la misma jugada del gol, y el gol ni siquiera fue festejado. Una de Kapanga quedó con seis jugadores, y ahora todo parecía más sencillo para La Gata. Pero no lo fue. Porque, relajado con la ventaja, el equipo dio menos de lo que podía y navegó a la deriva en el partido. No convirtió los goles que tenía que hacer, no jugó al fútbol con toda una cancha a su disposición, y recibió un gol increíble tras un pelotazo en profundidad. El resultado final fue 2-1, una nueva victoria para La Gata, que sigue en buena racha.

2 comentarios:

tucan dijo...

impecable cronica

Gregor dijo...

El post más triste de la historia.